Tras varios meses sin poder observarlo esta madrugada he podido volver a ver mi planeta preferido. Aún faltan cerca de cuatro meses para la oposición por lo que el diámetro aparente aún es relativamente pequeño, alrededor de 36" contra los 47" que tendrá a principios de enero de 2014, pero ya se pueden empezar a realizar observaciones y fotografías interesantes.
Júpiter es un planeta muy fácil de localizar y observar, su gran brillo, su color perfectamente blanco y su absoluta falta de centelleo lo hacen inconfundible. En estos momentos basta con que dirijamos nuestra vista hacía el horizonte Este a partir de las tres de la madrugada y esa estrella extremadamente brillante que destaca sobre todas las demás es Júpiter.
Con unos simples prismáticos podremos ver un pequeño disco acompañado de sus principales satélites perfectamente alineados. Con los más pequeños telescopios podremos empezar a observar los detalles del planeta destacando dos bandas oscuras paralelas al ecuador. Con aberturas medias podremos observar varias bandas además de otros detalles y empezar a distinguir diversas tonalidades de color.
Los detalles de Júpiter varían de aspecto pues lo que vemos es su atmósfera, resulta apasionante estudiar la meteorología de otro mundo.
Esta temporada Júpiter, tras varios años de darnos sorpresas, por ejemplo en el 2010 desapareció una de las bandas ecuatoriales, presenta su aspecto más "normal". Las dos bandas ecuatoriales se presentan bien marcadas, más ancha la SEB (Banda Ecuatorial Sur) que además parece desdoblada. Es el aspecto habitual del planeta, aunque seguro que cuando menos lo esperemos nos dará alguna sorpresa.
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